La estructura de la jornada fue como la de aós anteriores. Primero la conferencia, luego tranquilamente paseo hacia la basílica y a las 12:30 tuvo  una sencilla celebración en torno a la paz y la solidaridad, tomando como modelo los escritos de Francisco de Asís. 13:30 comida en el Hotel Arantzazu.

José Laguna, Pepe, como decía, habló del cuidado. En su opinión, hoy vivimos un cambio de paradigma en torno al cuidado y la vulnerabilidad.

Todos somos hijos del cuidado porque alguien nos ha cuidado porque estamos aquí, vivos. En la encíclica 'Laudato Si' aparece 44 veces la palabra cuidado, cuidemos la casa que es de todos... El Papa inició en 2021 una jornada sobre la Paz bajo el lema "La cultura del cuidado como camino de la paz". En la Encíclica Frateli tutti se da un espacio político a la vigilancia... Todos ellos para reivindicar la centralidad del cuidado. O nos cuidamos unos a otros y cuidamos el entorno, o se acabó.

Como ocurre con todas las grandes palabras, también con el cuidado creemos que estamos hablando de lo mismo. Y quizá no sea así. El significado del cuidado, según sus propias palabras, es multidimensional. Por eso, en su discurso, Pepe propuso un paseo con tres paradas para delimitar qué significa realmente el cuidado.

La primera parada: el camino a recorrer: no somos autosuficientes... somos vulnerables y por tanto interdependientes. Modelo de Vitruvio de Da Vinci. Olimpiadas... Un ser humano perfecto, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más... ¿La excelencia nos define? Tenemos tres heridas, la herida del amor, la de la muerte y la de la vida. Tenemos cuerpo, somos cuerpo, y por eso mismo, vulnerables. La vulnerabilidad nos define, nos iguala.

Segunda parada: ¿cómo nos relacionamos? Si nos creemos autosuficientes, si no necesitamos al otro, no tenemos responsabilidad. El pacto prevalece, porque en ese modelo mi libertad acaba en lo que empieza la tuya. El pacto garantiza nuestra independencia olvidando que somos interdependientes. Lógica mercantilista del intercambio. Debemos pasar del individualismo a la interdependencia. Así no tomarse el cuidado como algo que ya está hecho, o como algo que nos deben.El cuidado es necesario porque somos interdependientes. La red de cuidados nos sustenta, nos sustentamos mutuamente.

Tercera parada: el cuidado debe participar en la configuración de nuestros espacios públicos. Si el cuidado tiene tal importancia, debería pasar del ámbito privado al público. De las casas a la calle, a la plaza. De la domus, a la polis. El trabajo productivo ignora el cuidado que lo hace posible. Creemos que el trabajo importa más que el cuidado. Y eso es un problema. "La abuela que cuida al hijo de la madre que migró para cuidar a la hija de la madre que salió a trabajar, ESTÁ CANSADA!". La vigilancia se basa en una relación asimétrica de poder (ayudar a quien pueda). Hay que democratizar ese desequilibrio buscando la simetría: cuidar y que nos cuiden. Todos tenemos derecho a ello. El cuidado debería entrar en el debate político. La política debería garantizar esos espacios de cuidado.

Para terminar, Pepe propuso abandonar el modelo de hombre perfecto de Vitruvio y sustituirlo por el modelo de Benjamina. En el yacimiento de Atapuerca se encontró el cráneo de una niña de 10 años que requirió de cuidados permanentes. Sin cuidados no habría cumplido 10 años. Esa es la historia de Benjamina. La civilización empieza ahí: en la sociedad que cuida.