“Comienzo por la creación del cosmos; sigo con la creación de las mitologías por parte del hombre
para explicar lo que no acierta a comprender por la razón; sigue el cristianismo
y, por último, un signo de la última época, las guerras en el proceso del tiempo”.
Néstor Basterretxea
Tras la prohibición, Néstor Basterretxea emprendió nuevamente la decoración de la cripta del Santuario de Arantzazu a principios de los años 80. El tema que dirigió esta composición fue el de la evolución desde la mitología al cristianismo. El conjunto está formado por dieciocho murales que con una estética abstracta transmiten su mensaje más que con el color con la forma. Los nueve primeros murales representan al ser humano ante la creación y los nueve restantes al ser humano desde la resurrección de Cristo. Aunque finalmente no llegó a realizarse, para conseguir que el fiel comprendiera lo que significaba cada uno de ellos Basterretxea propuso escribir, en los muros que quedarían sin decoración, unos versos alusivos a los murales y que los explicaran.