Luis Laorga nació en Madrid en 1919 y está considerado como uno de los arquitectos que impulsó la renovación de esta disciplina a mediados del siglo XX. Su figura está íntimamente ligada a la del prestigioso Francisco Javier Sáenz de Oiza puesto que trabajaron juntos en muchos proyectos. Destacan entre esas colaboraciones el proyecto de construcción de la nueva Basílica de Arantzazu y la Basílica Hispanoamericana de la Merced en Madrid. Los dos figuraron entre los principales exponentes de la Escuela de Arquitectura de Madrid que en los años 50 encabezó la vanguardia de la creación arquitectónica.