Lucio Muñoz nació el 27 de diciembre de 1929 en Madrid. Este representante del realismo madrileño tuvo su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Becado por el gobierno francés, en 1956 viajó a París, donde tomó contacto con la tendencia francesa “Art Autre”, lo que provocó en él el interés por la abstracción. Así, de los inicios realistas, evolucionó hacia el informalismo. Sustituyó el lienzo por la utilización de maderas, papeles quemados y materiales de desecho. En 1962 realizó el gran mural para el ábside de la Basílica de Arantzazu y posteriormente, hacia 1968, su obra varió hacia una etapa más realista. En los años 80 volvió a utilizar la madera en sus trabajos. Sus murales más significativos, junto al realizado para decorar el retablo de Arantzazu, fueron los que creó para el aeropuerto de Barajas y el edificio Indubán de Madrid y el techo de la Casa del Cordón de Burgos.